Tomé la idea del libro que acabé hoy, "Carta al padre" de Kafka, que en realidad nunca lo publicó como tal, sino que fue su amigo Brod quien lo hiciera 20 años después de su muerte.
Querido:
Considero que la forma en que se dio término a nuestra comunicación -por Skype- fue lo más inapropiado del mundo. Por ello quiero trabajar en un par de líneas para tí.
Eres un hombre con muchas virtudes. Eres culto, curioso, creativo, emprendedor, cariñoso en la intimidad, con buen sentido del humor y un excelente chef. Dentro de los defectos -que son menos- identifico: falta de amor propio y machista. Sin embargo, tu torpeza es no creer en mi palabra a pesar de lo sincera que fui.
Si recordamos el inicio, nunca me creíste, y pensaste que podías opinar por mí, cuando lo más adulto es que cada uno hable por sí mismo. Y tuve toda la intención de hacer las cosas bien desde el inicio, pero no hubo confianza suficiente. Este es el fundamento de toda relación interpersonal, y quise elaborar desde allí, pero las circunstancias para ambos, no lo posibilitaron.
Fue bueno mientras duró. Aunque es un cliché, puedo decirte que lo pasé muy bien junto a tí, tuvimos conversaciones entretenidas e interesantes a diario, excelentes encuentros, mantuvimos una agenda divertida de actividades en conjunto, sobretodo en cuanto al paladar se refiere. Compartimos muchas comidas, almuerzos, y cenas... y las veces que vimos las películas coreanas, y las series de tv chilenas serán inolvidables. Me causaba una agradable sensación cada vez que me mirabas y me decías: "chilena..." lo decías siempre con un dejo de
cariño.
Por todo tu aprecio, tiempo y dedicación, te deseo y anhelo lo mejor para tu vida. Que el camino que sigas, esté cultivado de amor y encuentres la mujer que te acompañe y te haga feliz.
Muchas gracias por todas las risas, el tiempo y el cariño.
Adiós.