Equilibrium

Estoy feliz. Es mi mejor mes y aquí hago un balance de lo que ha sido este año y los últimos acontecimientos. Comencé a trabajar en mi profesión de inmediato, he atendido partos y he estado en diferentes secciones clínicas del hospital ampliando mi experiencia. Desde abril comencé a trabajar en un CESFAM (Centro de Salud Familiar) labor que ha traído por lejos muchas satisfacciones más que dolores de cabeza, eso debido principalmente por los deseos de hacer las cosas bien ayudada por quienes me rodean y me permiten hacer mi trabajo tranquilamente, dejando fluir las cosas.

Hago lo que más me gusta, y me pagan por ello... ayudar a la gente, sobre todo a las mujeres. Es gratificante lavantarte en las mañanas con la energía suficiente y feliz de comenzar un nuevo día. Me mudé a una pensión y ha sido un buen cambio. Estoy realmente cómoda y en paz. Manejo mi dinero con amplia libertad, he podido ahorrar para mi proyecto futuro. He podido adquirir otras cosas en el camino, como un notebook rosado, que ha sido mi auto-regalo al esfuerzo, y eso se siente fenomenal. Hace poco comencé clases de aeróbica a unos pasos de donde vivo en Los Ángeles y es una motivación extra a sentirme saludable.

El viernes salimos con mi mejor amiga a celebrar mi cumpleaños, un poco pasado, pero fue por las circunstancias del feriado. Lo pasamos increíble, bailamos, nos reímos, conversamos, y hasta salió un trago gratis por ahí con mi protagónica participación en un concurso... todo en sana y buena onda. Genial.

Mi madre ya se encuentra mucho más estable de salud, y eso alegra mi corazón infinitamente. Dios ha escuchado mis oraciones y me ha ayudado a ayudarla, que se sienta cien por ciento acompañada. Yo la amo y no me gusta verla sufrir, me he dado la oportunidad de demostrárselo y eso genera una gratificación personal sin límites.

Estoy feliz, de que pueda contribuir a la sociedad con mi granito de arena y cada día ser mejor persona. Ese es mi objetivo de vida.

Por otra parte, aprender a disfrutar sin inhibiciones permite que podamos reírnos y disfrutar de nosotros mismos en cualquier momento y de cualquier forma, esa es la gracia de saber amarse.

Simplemente feliz... y que el futuro sea lo que Dios quiera.